jueves, 6 de noviembre de 2014

                          Unión Lumen Dei
La Unión Lumen Dei es una asociación pública de fieles dentro de la Iglesia Católica, constituida por tres Sectores –Sacerdotal, Femenino Comunitario y Matrimonial– que unidos por los mismos fines y bajo una única autoridad, en el esfuerzo de vivir y predicar el Evangelio a todos los hombres, llevan a cabo aquellas obras que sirven para el desarrollo integral del hombre.El fin último de la asociación es: alcanzar la unión con Dios bajo la protección de Santa María, Nuestra Señora del Encuentro con Dios y, en la unión con Dios, la unión con todos los hombres. “Que toda la tierra sea gloria de Dios” (Salmo 150).
La Unión Lumen Dei pretende que sus Miembros sean en el mundo de hoy lo que Jesús fue: ser luz para iluminar, ser santos para santificar, y así llevar el hombre y el mundo hacia Dios.
Lumen Dei, Luz de Dios, por medio de María: “A través de María ya puede manifestársenos en toda su excelencia el misterio del amor sin límite de Dios. Dios no ha querido acercarse a los hombres sin Santa María”. (P. Molina)Lumen Dei busca usar el instrumento del desarrollo de las estructuras temporales de tal modo que se conviertan en plataforma para el encuentro del hombre con Dios.Puede pertenecer a ella toda persona, de cualquier estado o condición, que quiera participar en esta acción conjunta por la extensión del Reino de Cristo.
Su Fundador:En 1968 el Padre Rodrigo Molina Rodríguez fundó en Perú la asociación UNIÓN LUMEN DEI, junto con la Hna. Josefina Serrano García (Cofundadora) y un grupo de laicos con el fin de dar respuesta a las apremiantes necesidades tanto espirituales como materiales de los sectores más necesitados de la población, siguiendo las orientaciones de las encíclicas: “Populorum Progessio”, “Mater et Magistra”, “Pacem in Terris” y el Concilio Vaticano II.El 7 de octubre de 1975 recibe la primera aprobación canónica en Valencia (España), por el San José Mª García Lahiguera.
Necesitamos personas generosas ,que se entregan en alma y cuerpo para poder extender el Reino de Dios,para mayor gloria de Dios.Demos gracias a Dios por este carisma que demuestra más una diversidad de la Iglesia.


















sábado, 4 de octubre de 2014

Hna. Josefina Serrano, L.D.
Nació en Caracenilla (Cuenca, España) el 27 de mayo de 1948.  A los 20 años conoció al P. Rodrigo Molina, quien acababa de  incoar, en el Cuzco, (Perú), lo que hoy es la Sociedad Familiar  Eclesial Unión Lumen Dei.

Primer Miembro de la Asociación al frente del Sector Femenino como Presidente General Adjunta. Transcurrió su vida, durante 30 años, a la sombra del Padre, secundando sus iniciativas, plasmando en el alma de las Hermanas y señoras del Sector Matrimonial el espíritu que el Señor ha querido infundir a través del Fundador en esta nueva Familia Eclesial: Ser “Luz de Dios” en este mundo, viviendo el radicalismo del Evangelio de Jesús al estilo de la primitiva Iglesia de Jerusalén  para conseguir, primero, la santidad propia, y segundo, hacer  de toda actividad laboral, en especial la docencia mediante  centros docentes o discentes y medios de comunicación, una plataforma apta para extender el Reino de Jesucristo, Rey del Universo, de modo preferencial entre nuestros hermanos los más desheredados.

La arrastraba el amor, obra suya es el Hospital para los quechuas desheredados que tantas vidas ha salvado. Ofreció su vida por Lumen Dei y por la salud del padre Rodrigo Molina. El Señor acogió ese ofrecimiento y después de tres años de desgarradora enfermedad, su alma preciosa salió al encuentro de Dios que vino a buscarla en Madrid, rodeada de sus hijas, el 5 de octubre de 1999.
Fue ejemplo de sencillez abnegada, de olvido de sí... Como estaría Santa Maria al pie de la cruz gastándose y desgastándose para gestar en el dolor a la Iglesia de su Cristo, también Lumen Dei es fruto de la maternidad virginal y fecunda de la Hna. Josefina. Heroica en su conformidad absoluta al Querer de su Padre Dios, consecuente hasta el fin a su donación generosa, oblativa y universal sellada mediante la emisión de sus votos treinta años atrás. Instante feliz en el que teniendo presente toda su vida tuvo el gran acierto de ofrecerla de una vez para siempre a su Dios.